Remigia (Cuento) ▪︎ Rolando Revagliatti
ARTE: Ricardo "Cachi" Cartagena (ESA). ´Esperando la paz´, óleo, 2005. Remigia Por Rolando Revagliatti A Remigia los de la carnicería la llaman Remigio. “Su voz era áspera aunque su mirada no raspaba / y si andaba contenta...”, pergeñó sobre ella ese cuajarón de poeta barrial que pernoctaba, cuando no llovía, en la plaza. Llovizna descendía en el amanecer de aquel lunes cuando él la besó en uno de los bancos, a poco de emplearse Remigia “en el petit hotel”, como ella misma había pregonado, de los Scioli. Sin escrúpulos entreverábase. Con un tal Cristianno, repartidor de volantes, llegó a aposentarse sobre la enorme frazada que desplegaran en una noche de corte de luz en la única obra en construcción abandonada de las inmediaciones. Transcurrida buena parte de su existencia aparecióse con vincha de plástico en su casquete reacio y un par de bolsas traslúcidas repletas de paquetes inestimables. Pronto fue advertida por las calles con ropa zonza y nueva y el cabello recogido. E