VOCES: Ernesto Sábato
El escritor argentino Ernesto Sábato / Foto: Internet |
▪︎ Ernesto Sábato
Palabras justificativas
La pintura fue mi primera pasión desde la niñez, cuando aún no sabía leer ni escribir. Pero al comenzar el colegio secundario, ya en la adolescencia empecé a describir, torpemente, pesadillas y alucinaciones que sufrí en aquel período desdichado. Felizmente las destruí cuando tuve más conciencia.
ARTE: Ernesto Sábato. ´Autorretrato´ |
Sea como haya sido, en mi contradictoria y tumultuosa existencia, la literatura se fue imponiendo porque mis crisis espirituales, psicológicas y políticas exigían ya palabras e ideas, aunque fueran ideas encarnadas en violentas pasiones. Sin embargo, durante casi el medio siglo que dediqué a los libros, siempre sentí la nostalgia por aquella primera vocación, y no podía entrar al atelier de un amigo sin empezar a sentir una penetrante tristeza, bastaba el olor a trementina. Ese sentimiento se acentuó en París, antes de la segunda guerra, cuando trabajaba en el Laboratorio Curie e iba a reunirme con los surrealistas, como si una buena y honesta ama de casa se entregara de noche a la prostitución. Fue cuando me vinculé con Wifredo Lam, Matta, Tristán Tzara y el propio Breton. Pero sobre todo con Oscar Domínguez poco después del terrible suceso con el rumano Victor Brauner cuando en su taller, completamente borracho y enfurecido, lanzó un vaso roto contra uno de los que estaban. Este se apartó a tiempo y el vaso dio contra Brauner, arrancándole un ojo. Este estraño hecho tuvo enorme repercusión en el movimiento surrealista, porque unos diez años antes, Brauner había pintado un autorretrato con un ojo arrancado o vaciado por una especie de flecha en la que estaba colgada una “D” mayúscula. Hubo muchos trabajos e interpretaciones, incluyendo y sobre todo a Minotaure, la revista que dirigía Breton que era una especie de papa que producía bulas y excomuniones. Dada las características nocturnas del movimiento, la separación de Domínguez era tan disparatada como si fuese promovida por un Comité de Buenas Costumbres en el infierno. Mi amistad con Oscar se hizo más estrecha a raíz de eso mismo, porque lo sentí como desamparado, y terminé confesándole mi pasión por las cositas que dibujaba con carbonilla. Era muy exagerado, casi loco, y me dijo al verlas que debía abandonar esas “pavadas” que estaba haciendo en el laboratorio para ponerme a pintar; y para obligarme, me regaló una vieja caja de pintura, con algunos pomos y pinceles, enseñándome cómo preparar el diluyente. La ciencia físico-matemática había sido para mí un acompañante de viaje, o más bien como un paraíso artificial, cuando sufrí mi gran desilusión con el estalinismo; de modo que seguía escribiendo apasionadamente, como en mi adolescencia, y en aquel entonces en una novela titulada La fuente muda, obra que más tarde quemé, como acostumbraba con la mayor parte de lo que hacía. Cuando llegó la guerra, volví a la Argentina y en ratos libres hice un par de naturalezas muertas y una copia del autorretrato de Van Gogh, con la oreja vendada, que regalé a unos amigos y que, vanamente, muchos años después, pedí que me las devolvieran para quemarlas. No quisieron y lamento en el alma que anden por ahí. Cuando en 1943 abandoné definitivamente la físico-matemática, el profesor Houssay, premio Nobel de Fisiología, que me había dado la beca para investigar en el laboratorio Curie, me retiró el saludo para siempre, diciéndome que “abandonaba la ciencia por el charlatanismo”, tal es el puritanismo científico.
ARTE: Ernesto Sábato.´Dostoievski´ |
´Autorretrato en verde´ |
Mis propulsores saben cuántos escrúpulos tuve en presentar esta pequeña colección de “autorretratos” en esta tierra que es una de las cuatro que más y mayores portentos dio a las artes plásticas.
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▪︎ Esta pieza fue escrita por Sábato a propósito de una muestra de sus pinturas en España en 1991.
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▪︎ Esta pieza fue escrita por Sábato a propósito de una muestra de sus pinturas en España en 1991.
▪︎ Publicado en revista VOCES de California en Diciembre de 1997.
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