LIBROS: Vuelo de la imaginación, realismo y simbolismo
Bajo el cielo del istmo
de Armando Molina
Novela. Editorial Solaris
San Francisco, California
1996, 168 págs.
Armando Molina, nacido en San Salvador, El Salvador, en 1957, es ingeniero, graduado en USA. En 1987 abandona esa profesión para dedicarse a las letras. Novelista y ensayista, ha ejercido además, el periodismo. Actualmente reside en San Francisco, California.
El dominio narrativo de este escritor salvadoreño se advierte desde las páginas iniciales de esta novela. El título de la misma marca, en su enunciado, dos espacios, que a lo largo del texto se irán profundizando con agudas significaciones. No sólo en cuanto a espacios estrictamente físicos, visibles (cielo-istmo) sino en su simbología esencial. La interioridad de cada uno de estos dos ejes espaciales se interrelacionan como elementos vertebradores fundamentales del relato.
Cada capítulo lleva un título revelador: La huida, Los Visitantes, La Bestia, El rostro de la noche, El rostro de la vida, Angela, Oaxaca y, el último, La Oscuridad. Califico como "reveladores" estos títulos, porque la introspección y el pulso creciente del exilio interior del protagonista (Jacobo Valverde) va siguiendo los pasos dramáticos en cada etapa del desarrollo narrativo. El buceo interior de este abogado, desarraigado en todos los aspectos, se enlaza con descripciones del paisaje y la naturaleza. Armando Molina no se ajusta a una pintura meramente figurativa del espacio. Bellamente trazado cada detalle, el lector advertirá siempre un angustiante complemento entre lo exterior (selvas, playas, mares, tormentas) y los conflictos personales minuciosamente planteados. Todo se conjuga "bajo el cielo del istmo" como en un concierto trágico en el que cada movimiento refleja un drama íntimo, y la búsqueda liberadora del espíritu atormentado de Valverde.
La presentación de cada personaje denota la cuidadosa y exacta observación psicológica que logra mostranos el novelista. Los tonos y matices de la prosa reflejan diferentes coloraturas. Ya sea, el erotismo a partir de excelentes pinceladas de un naturalismo exaltado, ya sean las asociaciones con un paisaje omnipresente, sirviendo de alianza eficaz en ese atormentado mundo desplegado en el texto.
La primera voz narrativa se impone en cada página. Serias elucubraciones, vuelo de la imaginación, realismo y simbolismo, todo se da cita desde una cuidadosa síntesis entre la belleza y el horror. No falta el mensaje social, el dolor por la patria mancillada, el aniquilamiento de los pueblos indígenas en aras del "progreso". Es fácil sospechar que la voz del narrador ficticio resulta por momentos el "alter ego" del propio Armando Molina. Lo espiritual, en oposición con "la bestia" se debaten en Valverde.
Novela. Editorial Solaris
San Francisco, California
1996, 168 págs.
Armando Molina, nacido en San Salvador, El Salvador, en 1957, es ingeniero, graduado en USA. En 1987 abandona esa profesión para dedicarse a las letras. Novelista y ensayista, ha ejercido además, el periodismo. Actualmente reside en San Francisco, California.
El dominio narrativo de este escritor salvadoreño se advierte desde las páginas iniciales de esta novela. El título de la misma marca, en su enunciado, dos espacios, que a lo largo del texto se irán profundizando con agudas significaciones. No sólo en cuanto a espacios estrictamente físicos, visibles (cielo-istmo) sino en su simbología esencial. La interioridad de cada uno de estos dos ejes espaciales se interrelacionan como elementos vertebradores fundamentales del relato.
Cada capítulo lleva un título revelador: La huida, Los Visitantes, La Bestia, El rostro de la noche, El rostro de la vida, Angela, Oaxaca y, el último, La Oscuridad. Califico como "reveladores" estos títulos, porque la introspección y el pulso creciente del exilio interior del protagonista (Jacobo Valverde) va siguiendo los pasos dramáticos en cada etapa del desarrollo narrativo. El buceo interior de este abogado, desarraigado en todos los aspectos, se enlaza con descripciones del paisaje y la naturaleza. Armando Molina no se ajusta a una pintura meramente figurativa del espacio. Bellamente trazado cada detalle, el lector advertirá siempre un angustiante complemento entre lo exterior (selvas, playas, mares, tormentas) y los conflictos personales minuciosamente planteados. Todo se conjuga "bajo el cielo del istmo" como en un concierto trágico en el que cada movimiento refleja un drama íntimo, y la búsqueda liberadora del espíritu atormentado de Valverde.
La presentación de cada personaje denota la cuidadosa y exacta observación psicológica que logra mostranos el novelista. Los tonos y matices de la prosa reflejan diferentes coloraturas. Ya sea, el erotismo a partir de excelentes pinceladas de un naturalismo exaltado, ya sean las asociaciones con un paisaje omnipresente, sirviendo de alianza eficaz en ese atormentado mundo desplegado en el texto.
La primera voz narrativa se impone en cada página. Serias elucubraciones, vuelo de la imaginación, realismo y simbolismo, todo se da cita desde una cuidadosa síntesis entre la belleza y el horror. No falta el mensaje social, el dolor por la patria mancillada, el aniquilamiento de los pueblos indígenas en aras del "progreso". Es fácil sospechar que la voz del narrador ficticio resulta por momentos el "alter ego" del propio Armando Molina. Lo espiritual, en oposición con "la bestia" se debaten en Valverde.
En síntesis, esta novela promueve una lectura desde múltiples direcciones. Es un libro que honra al autor y revela a uno de los artistas salvadoreños con pleno dominio de su capacidad creadora.
Lic. Norma Pérez Martín
Facultad de Filosofía
Univ. de Buenos Aires, Argentina
______________
▪︎ Reseña publicada en el periódico CAMBIO de Oakland, California. Julio 1997.
Lic. Norma Pérez Martín
Facultad de Filosofía
Univ. de Buenos Aires, Argentina
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▪︎ Reseña publicada en el periódico CAMBIO de Oakland, California. Julio 1997.
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