IMPONIENDO PRESENCIAS: Breve antología de OTROS narradores expatriados latinoamericanos
RIMA DE VALLBONA (Costa Rica) // RENÉ EDGARDO RODAS (El Salvador) // EDMUNDO PAZ SOLDÁN (Bolivia) // MARTIVÓN GALINDO (El Salvador) // SILVIO MARTÍNEZ PALAU (Colombia) // HORACIO PEÑA (Nicaragua) // LUCHA CORPI (México) // ARMANDO MOLINA (El Salvador) // WILLY LIZÁRRAGA (Perú) // ANNUAR MURRAR GARAY (Nicaragua) // JORGE KATTÁN ZABLAH (El Salvador) //
Introducción
Después de varios años de venir buscando opciones editoriales en español en los Estados Unidos y Canadá, y encontrarnos por mucho tiempo con la invariable dificultad de mantener intactos los vínculos con nuestra Latinoamérica en lo referente al oficio de escritor, la idea de que acaso lo mejor sería crear opciones propias se hizo más evidente a medida que nos compenetrábamos con la ambición de solucionar este escollo.Uno de los principales objetivos era el de crear una plataforma fundamental para divulgar e imponer la presencia de otros narradores cuyos trabajos, o bien son marginados por la cultura imperante, o ignorados completamente al no existir un interés vital por sus creaciones. En otras palabras, nos hemos entregado a la quijotesca tarea de abrir una brecha en la urgente faena de promover nuestra cultura en un terreno inhóspito.
El criterio de selección de esta antología se basa en un convencimiento personal de respeto y apoyo hacia estos escritores que han demostrado un constante bregar en el difícil oficio de escritor. A la vez, hemos seleccionado un amplio y ecléctico muestrario en lo referente a temas y estilos narrativos. Obviamente no pretendemos que esta antología sea una compilación definitiva y mucho menos completa del quehacer literario latinoamericano en el Norte de las Américas; más bien creemos es una breve muestra de nuestra creatividad que, contra viento y marea, existe y subsiste en estos ámbitos.
Está claro que buscábamos narraciones que reflejaran la diversidad latinoamericana, y la consecuencia del vivir dentro de una cultura completamente ajena no sólo en su idiosincrasia, sino también una cultura que nos separa de forma irrevocable a través del lenguaje. En este sentido existen constantes en las temáticas de estas narraciones, como son la miseria, la opresión y la injusticia social que desafortunadamente compartimos en nuestros países latinoamericanos. No obstante, el humor característico de nuestros pueblos es también evidente en esta selección; no podemos olvidar que éste es parte de nuestra idiosincrasia: las parodias de las recetas de cocina para obtener éxitos editoriales, objetivos tan en boga hoy día, cuyos resultados son fáciles pero efímeros. Asimismo, encontramos la denuncia a la perpetua postura del machismo latinoamericano hacia la mujer permanentemente representada como subordinada y sumisa dentro de la visión tradicional de nuestra sociedad, y la incomunicación entre los sexos, que es causa de estos problemas. Por otro lado, aparece el asunto del cuestionamiento existencial, la disyuntiva eterna del ser humano por encontrarse y encontrar soluciones a la condición trágica de su entorno, observado todo desde una óptica latinoamericana: la búsqueda nostálgica de la infancia perdida, los lazos familiares con sus características de lealtad y honor; hasta encontrarnos con la frustración, la muerte de las ilusiones, el conformismo y la mediocridad, momentos críticos de la experiencia del vivir que definen al ser humano.
El lector atento y exigente encontrará en esta antología una sólida muestra narrativa que, al alejarse de lo obvio y lo conocido, sirva de paradigma de esa «otra» narrativa que por tanto tiempo ha sido ignorada. Ciertamente hay frescura en estas narraciones, las cuales en su mayor parte se ambientan y nutren de las raíces de vida de Latinoamérica. Existe en ellas un elemento de unificación en la manera de ver y entender el mundo compartido, que sobresale sobre las peculiaridades de cada escritor. Y es allí donde estriba su valor esencial como muestra novedosa de modos de contar historias ―porque justamente de eso se trata.
En relación con las técnicas narrativas de estos cuentos, es innegable el empleo del legado narrativo que nos viene de los escritores latinoamericanos que nos precedieron; de la misma manera, se advierte el aliento moderno de los grandes narradores universales de este siglo. Es así como en las páginas que siguen a continuación encontramos el uso de la técnica del fluir de conciencia, el monólogo interior, el manejo diestro de la estructura intemporal, y el estilo aforístico y escueto de los mejores narradores norteamericanos, como también la exuberancia verbal del nuevo barroco latinoamericano. Nuevamente, es importante a estas alturas reiterar la madurez técnica y temática de estos narradores, todos ellos veteranos del oficio de la escritura quienes todavía siguen bregando en sus variados entornos y bajo distintas condiciones adversas.
Sabemos bien entonces que este libro representa un primer esfuerzo por parte de aquellos que nos vemos involucrados en esta emocionante labor editorial. Parte de ella en gran medida significa la oportunidad de abrir una brecha, para que posiblemente otros narradores vislumbren una nueva manera de afrontar las opciones editoriales. De la misma forma confiamos que estas narraciones puedan convertirse en una guía innovadora e indispensable para aquellos lectores que quieran explorar y descubrir diversas facetas de una misma América Latina. Sabemos de antemano que el objetivo ulterior de todo nuestro esfuerzo en el oficio y en nuestro arte de escribir, es mantener siempre y ante todo el interés de los lectores.
MARTIVÓN GALINDO y ARMANDO MOLINA
Editores
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Texto original de Introducción a la antología de cuentos latinoamericanos IMPONIENDO PRESENCIAS, publicada por Editorial Solaris de California. Este texto fue leído durante la presentación al público salvadoreño en el Centro Cultural El Salvador-Estados Unidos, el 10 de Enero de 1996.
Editores
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Texto original de Introducción a la antología de cuentos latinoamericanos IMPONIENDO PRESENCIAS, publicada por Editorial Solaris de California. Este texto fue leído durante la presentación al público salvadoreño en el Centro Cultural El Salvador-Estados Unidos, el 10 de Enero de 1996.
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