ARTE: Itinerarios y transiciones
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Discreto, sería el adjetivo justo para describir la muestra actualmente en exhibición en el Palacio Tecleño de la Cultura y las Artes de la ciudad de Santa Tecla que estará abierta al público hasta el próximo 21 de diciembre de este año. La exhibición incluye escultura en piedra y metal, pinturas en óleo y acrílico sobre tela, y trabajos en técnica mixta.
“Mientras tanto: 7 noches de insomnio” es el ambiguo título de la exhibición, que, si bien es cierto no describe o sugiere al observador el contexto curatorial de la muestra, contiene sin embargo una connotación subjetiva que permite dar vía libre temática –cartografía de navegación personal, la llama el coordinador– a cada uno de los siete artistas reunidos en la muestra y que pretende brindarle cohesión conceptual. Esto, supongo, a falta de un catálogo o una guía introductoria (más allá del escueto texto desplegado a la entrada al salón de exhibición) al trabajo de los siete artistas incluidos. Francisco Zayas, Edwin Alexander Soriano, Mayra Barraza, Roxana Castro, Hugo Martínez Acuña, Romeo Galdámez y la artista ecuatoriana invitada Katya Romero, son los artistas expositores de esta interesante muestra de artes plásticas, todos ellos artistas de considerable andadura en las lides del arte salvadoreño contemporáneo.
La muestra, más allá de la versión personal de insomnio o cartografía artística manifestada en una obra de arte, es más bien una exhibición discreta y pequeña pero de resultados ambiciosos, ya que marca un momento clave y definitorio en la carrera de cada uno de estos artistas en el contexto del arte que se produce en El Salvador en la actualidad. Se hace necesario reiterar esta afirmación, ante la enorme cantidad de exhibiciones y muestras que se producen en el país, pero que con frecuencia no trascienden más allá de un pretexto social de fines comerciales, fugaz y efímero.
Saltándonos las fallas curatoriales y las deficiencias logísticas del espacio de exhibición –ya que el espacio no fue concebido ni ha sido adaptado adecuadamente para exhibir obras de arte–, destacan especialmente los trabajos de escultura de los artistas Roxana Castro y Edwin Alexander Soriano.
Escultura en metal de Roxana Castro. |
Las dos piezas incorporadas bajo un solo título, “El hilo existencial”, de Edwin Alexander Soriano, escultor adiestrado en Kioto, Japón, y en Barcelona, son dos piezas talladas en piedras de basalto, material que fuera utilizado por las civilizaciones del neolítico y precolombinas y muy abundantes en El Salvador. Estas son obras que demuestran el sofisticado proceso de concepto-ejecución de este experimentado escultor, quien en la actualidad es profesor de escultura del CENAR. Desde su punto de vista, su obra es una recreación conceptual del filme “The thin red line” del estadounidense Terrence Malick, cuyo argumento artístico es la calidad fugaz y perecedera de la vida –el hilo existencial– que puede romperse en cualquier momento. El suyo es un irónico diálogo en contrapunto entre la dureza del material utilizado con su calidad imperecedera, y lo efímero de la vida.
Por otro lado, encontramos propuestas más sobrias y tradicionales en las obras de los artistas Hugo Martínez Acuña, con su pintura “Suchitoto”, Francisco Zayas y sus dos piezas abstractas tituladas “Chamán”, y las dos obras figurativas elaboradas en técnica mixta de la ecuatoriana Katya Romero, “Botella I” y “Botella II”. Con estas piezas estos artistas demuestran estar en forma óptima con su técnica en los medios que han escogido; para los casos: óleo y acrílico sobre tela, y técnica mixta en el caso de Katya Romero. Es indiscutible el manejo experto de estos tres artistas en las técnicas elegidas y si bien es cierto son propuestas tradicionales en el medio artístico, logran sorprender por su fina y solvente factura.
Esculturas de Edwin Soriano. |
Una muestra discreta, apuntamos al principio, pero ambiciosa en su proyección del estado actual del arte plástico salvadoreño y que revela a un grupo de artistas que persisten en afirmarse en la inmensa constelación del universo artístico mundial.
ARMANDO MOLINA
Zaragoza, El Salvador
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