ARTE: Procesos de identidad


ARTE: Francisco Zayas (ESA)

La propuesta plástica que el artista Francisco Zayas presenta en el elegante lobby del teatro Luis Poma de San Salvador hasta el 31 de julio, invita al espectador a observar un proceso y no solamente una experiencia visual como la tradición pictórica lo dicta. La suya es la experimentación del color en el espacio, que deviene en abstracción. Es decir, el artista busca desvincularse del resultado final del trabajo en tanto narración figurativa y, por lo tanto, al hacerlo deja de prestar atención a lo meramente visual y se aboca a las posibilidades metafóricas de la obra a través de la composición cromática. Esto, a mi juicio, constituye la inclinación de este artista por la abstracción como su forma de expresión plástica por excelencia.

En su caso, la metamorfosis del dibujo en pintura nos remite al tema principal –el argumento dominante en la obra de Zayas según lo entiendo –, que es el proceso creativo. Es aquí donde se hace patente el sesgo conceptual de su actitud artística, su “consecuencia diaria” como gusta de llamarle el artista. En esta su más reciente serie de obras particularmente, según una venerable tradición de la modernidad, el proceso creativo se presenta como una indagación acerca de su propia génesis para aparecer ya más tarde “convertida” por el artista.

El artista Francisco Zayas en su estudio de San Salvador.

Con un rigor estilizado a fuerza de experiencia y digno de un pintor académico, Zayas planifica cuidadosamente sus composiciones en bocetos ideados directamente sobre la tela en trazos en blanco y negro, para luego transformarlos literalmente sobre los lienzos ya en su movimiento cromático definitivo. En este proceso de amplificación y transformación el diseño original se depura, se clarifica, y se ve despojado al mismo tiempo de cualquier rastro de vida, es decir, de su génesis, y de esta forma, ya “en movimiento” (en proceso), va adquiriendo su identidad final.

Para aquellos que apreciamos la abstracción de Zayas, encontramos en sus más recientes pinturas de figuras "multiformes" una afinidad y marcada tendencia por colores brillantes y cargados de vida, particularmente rojos y amarillos, colores que tradicionalmente expresan energía y éxtasis, y que aparecen salpicados de verdes vegetales que gravitan entre notables espacios blancos y negros. No obstante, en el caso de su más reciente obra aparecen ahora difuminados, de formas grandes de color, de bordes indefinidos a veces, en otras flotando sueltas, como difusos nubarrones o trazos de movimiento vaporoso y de profundidad y formas tangibles que en ocasiones sugieren figuraciones humanas, y que “funcionan” desde múltiples ángulos de observación; sobre esto último, según me constató el artista, las obras ofrecen diferentes lecturas desde cualquier ángulo que se las vea, y presentan diversas emociones dependiendo del observador.

En lo relativo a la obra tridimensional y su propuesta instalativa aquí presentada, Zayas explora la necesidad de abrir nuevas vías para la escultura salvadoreña desde las cuales repensar la lógica del material. Al igual que en sus lienzos, en esta su propuesta escultórica volvemos a encontrar el énfasis en la relación con los materiales y el proceso, y entre la construcción y el espacio en sus distintas versiones.

ARTE: Francisco I. Zayas (ESA). ´Sin título´. Instalación

El uso de objetos encontrados, combinado con luces de neón, metal galvanizado y la incorporación de montajes fotográficos, de nuevo resalta su inquietud intelectual por explorar los conceptos inherentes a la escultura tales como la materia, el peso, el espacio, la luz, la gravedad, no sé si pensando en los maestros que lo han antecedido en su indagación intelectual; pienso en el escultor y teórico Donald Judd con sus esculturas minimalistas de aluminio galvanizado; y en el escultor californiano Richard Serra y su preocupación por el origen del material usado en sus obras, artistas con quienes Zayas comparte su formación artística norteamericana, además de sus inquietudes intelectuales. Conviene recordar que Zayas fue formado como artista en la notable California Schools of Arts and Crafts allá en los años 60, durante los tiempos finales de la abstracción expresionista y el auge del pop-art, a la vez que tomaba altura la Bay Area Figurative Movement con Richard Diebenkorn su más visible oficiante, cuya obra más tarde devino en una abstracción de connotación paisajista.

Resulta también interesante –o una atinada coincidencia– que esta muestra se presenta en conjunción al estreno de la obra teatral “Al otro lado del mar” de la salvadoreña Jorgelina Cerritos, obra ganadora del premio en la rama de teatro Casa de las Américas 2010, cuyo temática principal explora conceptos de identidad y desarraigo en el ser humano.


ARMANDO MOLINA
San Salvador, El Salvador

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Publicado en LatinoVisionSF.com (15-07-2011)

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