CINE: Los azares del Amor


Dirigido por María Luisa Bemberg
Largometraje. Argentina 1993
Reparto: Marcelo Mastroianni, Luisina Brando, Alejandra Podesta
Libreto cinematográfico: María Luisa Bemberg, Jorge Goldenberg


Interesante premisa con que nos sorprende la cineasta argentina María Luisa Bemberg en su último filme De eso no se habla (1993). Favorecida con intachables actuaciones de parte del veterano actor Marcelo Mastroianni, la actriz Luisina Brando y un magnífico elenco, el largometraje es una gema de muestra de cine argentino.

Sobria y cómodamente, la narrativa arranca en un pueblo de provincias de la Argentina del primer cuarto de siglo. La elegante dama Doña Leonor vda. de Arizmendi comienza a efectuar una serie de actos que, para un pequeño pueblo de provincias, resultan hasta cierto punto aberrantes: destruye las estatuillas de los siete enanos que adornan el jardín de entrada de la casa de uno de sus vecinos, enterrándolos luego; y más tarde quema todos los libros infantiles en donde exista referencia alguna a enanos y su género Es entonces que comprendemos el origen de tan extravagante conducta: la hija única de Doña Leonor es una simpática enana (Alejandra Podesta en su primer papel), cuya naturaleza anatómica va en detrimento de su posición social y cuya alusión directa queda completamente vedada de toda conversación en el pueblo. De allí el título de la película.

Para contrarrestar la deformidad de su hija Doña Leonor decide hacer de ella un ser culto y refinado, dándole una esmerada educación y prodigándola de acceso a lo mejor de las artes. Es a estas alturas que el filme se abre en todas sus posibilidades. Los vínculos son muchos. Por un lado, el entretejido social de la narrativa es ostensible y, para un espectador atento, resulta conocido. La observación anatómica de la sociedad de provincias, cuyo significado ulterior sería el origen de la sociedad argentina de hoy, es un vínculo interesante y posible: el pasado argentino es una enana secreta, refinada y elegante, cuya deformidad hay que mantener en silencio. Y de eso no se habla. Todo ello narrado por una mano segura, irónica y elegante, atributos todos de una artista en plenas facultades creativas.

María Luisa Bemberg, cineasta argentina

Pero he aquí un nuevo giro en la narrativa, que nos ofrece ahora la opción de explorar las posibilidades del Amor y sus raras manifestaciones. Marcelo Mastroianni es un distinguido solterón, hombre de mundo que aparece misteriosamente en el pueblo y cuya presencia y origen da lugar a todo tipo de especulaciones. Ludovico D’Andrea, tal es el nombre de este refinado y misterioso personaje, frecuenta la tienda de la viuda y establece una curiosa amistad con la enana, una relación matizada por sus inclinaciones intelectuales y sus excelentes dotes de narrador y admirador de todo lo bello. Una tarde que la viuda lo invita a admirar el nuevo regalo que ha hecho a su hija, ocurre el hecho insólito que se convierte entonces en el meollo de la narración: El Amor, como dice D’Andrea, no tiene tamaño ni forma; sólo tiene que existir y alguien en quien exista.

Como queda observado, el filme viene amortizado por intachables actuaciones de parte de todo el elenco. Por otro lado, la mesura del libreto elaborado por la Bemberg y Goldenberg se apega al mejor canon narrativo literario y cinematográfico. Todo esto en perfecta armonía con un magnífico vestuario y escenografía, que recuerda lo mejor de Bergman y Tarkovski. Pero acaso resulte superfluo mencionar otros nombres a estas alturas. Baste decir que con esta joya del cine, María Luisa Bemberg se coloca ya entre las mejores cineastas del mundo.


ARMANDO MOLINA
San Francisco, California

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