La mañana besando mis mejillas


El recuerdo está allí, vivo, dulce… y doloroso. La ciudad desapareciendo entre los primeros destellos del amanecer: Las Cruces, Nuevo México. La mañana acalorada besando mis mejillas. La carretera imperturbable haciéndose infinita. Mi mujer y mi primer hijo durmiendo en el asiento trasero… Era un domingo como hoy, creo. 1992. ¿O era un sábado? 

¿Tanto hemos cambiado?

De aquella vez solo queda un recuerdo. 




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