Sketches III
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Aurelio
A sus cuarenta y cinco años, Aurelio Luna se encuentra en buena forma física y mental, y sobre todo profesional. Se le nota en la forma en que los músculos de sus brazos se tensionan mientras está al teléfono, en la expresión adusta y atenta de su moreno rostro, cuadrado y viril. De cuerpo jovial y modales sobrios, el color de la piel de sus brazos es suave, de un trigueño oscuro. Está ahora al teléfono y habla con soltura en una voz grave, explicándole a su interlocutor —su compañero de bufete— sobre el más reciente proyecto en progreso: es un caso de corrupción internacional a gran escala. Burócratas corruptos, enfatiza mientras mueve su mano como trazando un horizonte imaginario en el aire inmóvil del estudio de su casa. Medianamente guapo y de rasgos más bien toscos que le brindan a su rostro sin embargo una patente expresión de confianza y lucidez de carácter, Aurelio Luna es abogado de profesión. De cabello entrecano —aunque más cano que negro, detalle que va en detrimento de su discreta vanidad—, el cuidado y la severidad en el corte sin embargo le confiere a su persona un aire de virilidad que, según ha podido comprobar a lo largo de su azarosa vida, le ha brindado abundantes opciones amatorias con el sexo opuesto.
A pesar de sus éxitos profesionales, el problema de Aurelio es que nunca ha experimentado los sentimientos de amor y de ternura que las mujeres con las que sostiene relaciones siempre le han brindado. Su temperamento es frío, dado a la nostalgia y la melancolía. Su suerte con las mujeres no le ha brindado sin embargo una relación estable y feliz, que es lo que él más desea con su alma.
Armando Molina
Epicentros
Editorial Solaris
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