La población de la Provincia de San Salvador en 1807 ▪ (Extracto)

El primer mapa oficial de El Salvador elaborado en el año 1859, por el alemán Maximilian von Sonnenstern por orden del entonces Presidente de la República Don Rafael Campo. / FOTO: Staatsbibliothek zu Berlin.


En el año de 1807, el recién nombrado Intendente de San Salvador por el rey Carlos IV, el abogado y caballero Antonio Gutiérrez y Ulloa, realizó un informe sobre la situación de la intendencia de San Salvador, titulado “Estado General de la Provincia de San Salvador, Reino de Guatemala”. El informe cuenta con una gran cantidad de datos estadísticos y sociales sobre la vida cotidiana en las principales ciudades, el atraso general en las poblaciones rurales y una detallada enumeración descriptiva de los pueblos, haciendas y rancherías (y los propietarios de varias de ellas); así como también muestra los prejuicios que había entre las diferentes castas en que se dividía la sociedad colonial de entonces.


Por ANTONIO GUTIÉRREZ Y ULLOA

La población, siguiendo el orden común de esta parte de América, consiste en cinco clases; ESPAÑOLES, MESTIZOS, INDIOS, MULATOS, y poquísimos NEGROS, y comprenden todas ellas, 165,278 individuos en dos Ciudades: tres Villas, 122 Pueblos de Indios: cuatro Pueblos, ochenta y dos Aldeas y treinta reducciones de Mulatos, cuatrocientos cuarenta y siete Haciendas de Ganados y Tintas y doscientas cuarenta y tres Ranchos.

La mayor parte de los Hacendados, cual otros Tántalos entre el admirable ramo de Tintas, que elabora, ocupan solo el lugar de espectadores, casi reducidos a la clase de unos puros jornaleros, y sin atender á los granos y cacaos, maderas útiles, bálsamos y minas, que por todas partes les rodean, sin hacer útiles la multitud de ríos y aguas minerales de distintos temples que riegan su fértil suelo, viven abandonados á la esperanza de las tintas que no gozan sino con la vista, haciendo todo este conjunto de circunstancias poco útiles, los desvelos y sabias providencias de esa Capital y eludida la vigilancia de los Intendentes, sin dejar á la esperanza de mejor suerte otro recurso que el del escarmiento ó rigor prudente, pues hallo muy difícil que el que se alimenta con cualquiera cosa se abriga sin cubrirse, ni escandalizarse y goza sin deseos, pueda encontrar en la Sociedad estímulos proporcionados para despertar sus acciones, si el rigor no se los aviva.

INDIOS.-La embriaguez, raterías, desidia, flojedad e incontinencia son vicios característicos de esta especie. No conocen otras diversiones que el descanso material, y tal cual baile, sin gracia ni variedad pasando horas multiplicadas al toque unísono del pito y tamboril, alternando con representaciones pesadísimas de hechos adquiridos en relaciones del tiempo de su conquista. No les extraña la superstición, y creencia de espíritus (materiales) y objetos maléficos; Son muy sumisos con los Españoles, especialmente con sus superiores, á quienes dirigen siempre sus súplicas, ó contestaciones precedidas de reverencias y genuflexiones:

Usan comúnmente del estilo indirecto, ó impersonal y tienen sumo cuidado (sin perjuicio de hacer lo que desean cuando pueden), de no contradecirles en nada: Su alojamiento se reduce a chozas mal cuidadas, de barro y caña brava, cubiertas de hojas, yerbas y juncos; Su vestido, por lo común es muy escaso, de toscos tejidos de algodón, permaneciendo en total desnudez ambos sexos, dentro de sus Ranchos; Sus comidas comunes; son el maíz, frijol, plátano y raíces siendo muy poco escrupulosos en alternarlas ó posponerlas á todo género de animales inmundos ó frutos ó semillas silvestres, excrecencias de árboles, y jugos de plantas, en sumo grado ásperas, facilitadas con el excesivo apego á la vida solitaria é insociable:

Su Gobierno interior, propende mucho al sistema aristocrático, no atreviéndose ninguno de sus Alcaldes ó Gobernadores, á cumplir providencias ó dar las que corresponden á su esfera, sin el mutuo consentimiento de los vecinos, que llaman principales, y son los que obtuvieron ya cargos, están inmediatos á ellos ó gozan alguna influencia con los españoles y están ventajosos de caudales ó talentos:

Su carácter celoso y desconfiado, la temprana edad en que se entregan á la propagación de su especie, la facilidad de unirse clandestinamente sin respeto á los grados, y la natural insulsez desaseo, y mala forma de sus mujeres, entorpecen considerablemente el fomento de su Población, encontrándose igualmente, por ejemplar raro, un mestizo de primer orden después de dos siglos y medio de reunión con los blancos.

MULATOS.-Al contrario sucede con las castas procedentes de estos y los Negros, (aunque también esta segunda especie es muy escasa), conocidos todo genéricamente por Mulatos, pues forman la mayor parte de la Población general, de esta Provincia, en sus individuos están depositadas las Artes y Oficios, y aunque con bastante atraso, llenan sus surtidos las primeras necesidades; En su carácter, hay bastante desigualdad, sin duda por los distintos grados que intervinieron en su origen, pero se hallan bastantes individuos honrados laboriosos y humildes. La sujeción total á la Legislación Española, el desaseo de acercarse á esta Esfera, la viveza de sus pasiones, la regularidad del sexo, y la facilidad para unirse á la segunda clase de Europeos, va insensiblemente aumentando la suya: Está en ella casi exclusivamente la Agricultura y su vicio dominante, que es el orgullo, apenas se halla ejercitado sino es con sus iguales, pero con extremo, hacia los Indios, a quienes miran con el mayor desprecio, y ocupan en los trabajos más penosos a pesar de la vigilancia del Gobierno, pero tienen en estos últimos la recompensa, por la antipatía tan notoria que reina entre ambas especies.

Don Antonio Basilio Gutiérrez y Ulloa 
Intendente de la provincia
de San Salvador (1804-1811)

ESPAÑOLES.-El ascendiente de las castas se ha cimentado indudablemente y se extenderá por el abandono, preocupación extravagante y apatismo con que se conducen algunos Españoles, degenerando no en corto número, y perdiendo el lugar apreciable y distinguido á que la providencia los destinó en este suelo.

Aunque en la clase de Españoles se conozca solo la diferencia de los CHAPETONES y CRIOLLOS, cada una de estas se subdivide esencialmente en Españoles de primer orden, y en los de condición común; La segunda rara vez asciende á la primera, si el Comercio no se lo facilita, pero esta, con demasiada frecuencia, desciende de la otra: El extravío de costumbres y el poco conato á ocuparse últimamente, reduce a un sinnúmero de ellos á ser víctimas de la obscuridad y abatimiento: felices aún, si entre sus desarreglos encuentran alguna Mulata honrada, y activa que les proporcione lo más necesario, y les impida sumergirse en las desdichas que por sí se atraerían.

Además de los Empleados en Ministerio Eclesiástico, Servicio del Rey, Administración de justicia, y Oficios de República, se observa en los de primer orden, el mayor decoro y Patriotismo, mas todos sus esfuerzos no son suficientes a libertar una tercera parte de los de su esfera, perdidos en los escollos de una mala educación, y abandonadas costumbres.

Aunque la distancia de la Patria, la dilatada ausencia de ella, y la necesidad de sujetarse a las ideas y usos de los Países en que sirve parece debería influir en los Chapetones domiciliados en esta Provincia, se observa con particularidad un tesón y entusiasmo extraordinario en ellos, para seguir sus primeras costumbres y sostener el carácter distintivo de sus respectivos orígenes en lo general, Montañeses Vizcaínos, Gallegos y Catalanes.

El idioma castellano es el únicamente usado en toda la provincia, aun en los pueblos de Indios, a excepción de algunos de estos en que para sus sesiones, particulares y manejo doméstico, usan el Mexicano y Tlascaltecas.


| ANTONIO GUTIÉRREZ Y ULLOA, abogado y caballero de la Orden de Carlos III. Extractado del libro: Estado general de la provincia de San Salvador; Reyno de Guatemala (año de 1807). San Salvador: Dirección de Publicaciones (DPI), 1962. El Salvador, pp. 9-12.


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