Campo pagado (Cuento) ▪︎ Caralvá

ARTE: Giovanni Gil (ESA). ´Matria´. Monotipo. 2021.

Campo Pagado
Por CARALVÁ


En la intimidad de tu pensamiento, en ese diminuto silencio de tus palabras sólo tuyas, donde no penetran exteriores, donde se acumula la verdadera esencia de tu alma, ahí estaré yo.

Entraré en tu dimensión de sonido interior, en la esfera que se agita entre las paredes del ego, en tu intimidad de ser superior.

Reconocerás mi voz entre las miles de voces, por mi tono oscuro, por su contexto limitado entre este diálogo furtivo, lento, casi meditativo.

De seguro tendrás curiosidad por oir la entonación de algún extraño que te anuncia visiones y dimensiones precisas, galaxias etéreas, estructuras diminutas que se abarcan con las manos, límites de acuerdo a tu imagen de espejo intencional.

Seguramente preferirás imaginarme como no soy, porque soy mucho más deforme de lo que presientes. Me veo obligado a cubrir mi rostro, tengo que usar un velo oscuro, una máscara involuntaria, una vieja y muy extraña enfermedad ha plasmado en mí profundas cicatrices monstruosas, como un video de viejas películas de terror, donde un ser ermitaño, viejo y con su horroroso rostro camina hacia ti y te habla. Mi voz se confunde con la tuya y entonces estoy dentro de ti, soy exactamente tu imagen en espejo, oigo tus pensamientos amplificados a distancia, entonces somos uno solo.

Ahora estoy dentro de tu íntimo, dentro de tu ser cotidiano, junto a tu pensamiento interior.

Ambos conocemos nuestra rutina, ambos coincidimos en nuestro diario programa de vida, con todo el rigor de unas letras impresas, que salta hacia tus ojos, que se materializan en tus propias pupilas entre letra y letra.

Has conocido una triple lectura cotidiana y por intuición caminas hacia un lado u otro, pero eso es la interpretación de la lectura triple de tu tiempo: pasado, presente y futuro, pero con la categoría de este instante, que es brevemente hoy.

Soy la respuesta de tu diálogo, la parte oculta de un monólogo constante.

Pero yo también salgo y retorno al exterior, salgo y entro de nuevo, como una idea musical en sonido, un silencio, una voz.

Nos hemos conocido hace muchísimos años y no necesariamente en este planeta. Por eso mantengo mi rostro de otro nivel y ello causa mucha confusión. Cuando me encuentro con mis amigos, una variedad de ideas fluyen en sus mentes al verme, algunos fingen indiferencia, otros se espantan, los menos, con un piadoso mirar desviado apartan sus ojos de los míos y se van; a veces he pensado que el cuento La Bella y la Bestia y otras narraciones de miles de sapos convertidos en príncipes, son sólo eso... mentiras; muchos se apartan de mí, huyen, a lo mejor encarno una visión extraterrestre, un Premier enviado de una lejana civilización para San Salvador; en esta ciudad, en este país, en una sociedad en guerra.

En esta dualidad de realidad y lectura multilineal del tiempo, estoy en las calles y en las ciudades, son mi verdadero rostro, estoy dentro de tu íntimo y fuera, simultáneamente cómplice de tu silencio. Estoy en tu habitación, en un instante de fugas de conciencia, de triple lectura de tiempos y espacios, ahí estoy en tu ser transparentemente cercano, en tu pensamiento y habrá una voz entre miles de millones, entonces ahí estará la conversación ausente, cuando un diálogo se inicie ritualmente a una hora exacta.

Este fue un campo pagado.


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CARALVÁ, nombre de pluma del escritor y novelista salvadoreño César Alberto Ramírez (El Salvador, 1955), co-fundador del Suplemento Cultural Tres Mil, del diario Co-Latino de El Salvador. Este relato fue publicado en el primer Volumen de revista VOCES de California, en 1999.

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